En la vida es común pasar por momentos angustiosos. Momentos que en la mayoría de veces no entendemos; por lo tanto, pensamos que Dios no está en la situación. Pero el salmista sabía que aunque pasara por momentos difíciles, tenía la seguridad que el Señor iba a cumplir en él su propósito. Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros. Cuando intentamos resolver todo y manipular una solución, estamos siendo Dios. Es muy liberador cuando aprendes este principio de que está bien decir como lo hizo Moisés: "No sé cómo va a funcionar, pero estoy en paz". Te estás quitando del trono y poniendo a Dios en el trono. Quita la presión. No tienes que saberlo; Dios sabe. Él elaborará Su plan y te llevará a donde se supone que debes estar.
Oración de gratitud al Señor
138 (1b) Te daré gracias, Señor, de todo corazón;
te cantaré himnos delante de los dioses.
2 Me arrodillaré en dirección a tu santo templo
para darte gracias por tu amor y tu verdad,
pues has puesto tu nombre y tu palabra
por encima de todas las cosas.
3 Cuando te llamé, me respondiste,
y aumentaste mis fuerzas.
4 Todos los reyes del mundo te alabarán
al escuchar tus promesas.
5 Alabarán al Señor por lo que él ha dispuesto,
porque grande es la gloria del Señor.
6 Aunque el Señor está en lo alto,
se fija en el hombre humilde,
y de lejos reconoce al orgulloso.
7 Cuando me encuentro en peligro,
tú me mantienes con vida;
despliegas tu poder y me salvas
de la furia de mis enemigos.
8 ¡El Señor llevará a feliz término
su acción en mi favor!
Señor, tu amor es eterno;
¡no dejes incompleto lo que has emprendido!
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