Promesas Bíblicas de los salmos

 
 

 
 
Salmos Promesas

Dios cumple sus promesas siempre, en 2 Corintios 1:19-20, "Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios".

Nuestro Dios nunca retrae o cambia sus promesas. En Salmo 89:34, "No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios".


Salmos 1: 1-3

Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni va por el camino de los pecadores,
ni hace causa común con los que se burlan de Dios, sino que pone su amor en la ley del Señor y en ella medita noche y día. Ese hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien!.

 

Salmos 2. 7-8

Voy a anunciar la decisión del Señor: él me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy. Pídeme que te dé las naciones como herencia y hasta el último rincón del mundo en propiedad, y yo te los daré.


Salmos 3:5

Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar, porque el Señor me da su apoyo.


Salmos 3:8

Tú, Señor, eres quien salva; ¡bendice, pues, a tu pueblo!


Salmos 4:1

Dios y defensor mío, ¡contéstame cuando te llame! Tú, que en mi angustia me diste alivio, ¡ten compasión de mí y escucha mi oración!


Salmos 4:3

Sepan que el Señor prefiere al hombre que le es fiel; sepan que el Señor me escucha cuando lo llamo.


Salmos 4:7-8

Tú has puesto en mi corazón más alegría que en quienes tienen trigo y vino en abundancia. Yo me acuesto tranquilo y me duermo en seguida, pues tú, Señor, me haces vivir confiado.


Salmos 5:8

Señor, por causa de mis enemigos guíame en tu justicia, llévame por el buen camino.


Salmos 5:11-12

Alégrense los que buscan tu protección; canten siempre de alegría porque tú los proteges.
Los que te aman, se alegran por causa tuya, pues tú, Señor, bendices al que es fiel; tu bondad lo rodea como un escudo.


Salmos 6:8-10

¡Apártense de mí, malhechores, que el Señor ha escuchado mis sollozos! El Señor ha escuchado mis ruegos, ¡el Señor ha aceptado mi oración!
Mis enemigos, muertos de miedo, quedarán en ridículo; ¡en un abrir y cerrar de ojos huirán avergonzados!


Salmos 7:10

Mi protección es el Dios altísimo, que salva a los de corazón sincero.


Salmos 9:9-10

El Señor protege a los oprimidos; él los protege en tiempos de angustia.  Señor, los que te conocen, confían en ti, pues nunca abandonas a quienes te buscan.


Salmos 9:12

Dios se acuerda de los afligidos y no olvida sus lamentos; castiga a quienes les hacen violencia.


Salmos 10:3

El malvado se jacta de sus propios deseos; el ambicioso maldice y desprecia al Señor.


Salmos 10:14

Tú mismo has visto su irritante maldad; ¡la has visto, y les darás su merecido! A ti se acogen los indefensos; tú eres la ayuda de los huérfanos.


Salmos 11:1

Yo busco mi refugio en el Señor. Es por demás que me digan: «Huye a los montes, como las aves.


Salmos 11:4-7

El Señor está en su santo templo. El Señor tiene su trono en el cielo, y con ojos bien abiertos vigila atentamente a los hombres.
El Señor vigila a justos y a malvados, y odia con toda su alma a los que aman la violencia.
El Señor hará llover sobre los malos brasas, fuego y azufre, y traerá un viento que todo lo quemará.
¡El Señor les dará su merecido! El Señor es justo y ama lo que es justo; ¡por eso lo verán cara a cara los sinceros!


Salmos 12: 7

Tú, Señor, nos cuidarás; ¡siempre nos protegerás de tales gentes!

 

Salmos 13:4-5

 ¡Que no diga mi enemigo: «Lo he vencido»! ¡Que no se alegre si yo fracaso! 

Yo confío en tu amor; mi corazón se alegra porque tú me salvas.

 

Salmos 14:7

¡Ojalá que del monte Sión venga la salvación de Israel!
Cuando el Señor haga cambiar la suerte de su pueblo, se alegrarán los descendientes de Jacob, todo el pueblo de Israel.
 


Salmos 15:1-3

 Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?, ¿quién puede habitar en tu santo monte?  Sólo el que vive sin tacha y practica la justicia; el que dice la verdad de todo corazón;  El que no habla mal de nadie; el que no hace daño a su amigo ni ofende a su vecino;

 

Salmos 16:5-8

Tú, Señor, eres mi todo; tú me colmas de bendiciones; mi vida está en tus manos. Primoroso lugar me ha tocado en suerte; ¡hermosa es la herencia que me ha correspondido!

Bendeciré al Señor, porque él me guía, y en lo íntimo de mi ser me corrige por las noches.

Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer.

 

Salmos 16:11

Me mostrarás el camino de la vida. Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti.

 

Salmos 17:8

Cuídame como a la niña de tus ojos; protégeme bajo la sombra de tus alas 

 

Salmos 17:13

Levántate, Señor, ¡enfréntate con ellos! ¡Hazles doblar las rodillas! Con tu espada, ponme a salvo del malvado; 

 

Salmos 17:15

Pero yo, en verdad, quedaré satisfecho con mirarte cara a cara, ¡con verme ante ti cuando despierte! 

 

Salmos 18:3

Tú, Señor, eres digno de alabanza: cuando te llamo, me salvas de mis enemigos.

 

Salmos 18:6

En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mis gritos llegaron a sus oídos! 

 

Salmos 18:16-19

Dios me tendió la mano desde lo alto, y con su mano me sacó del mar inmenso. Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo.

Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: me sacó a la libertad; ¡me salvó porque me amaba! 

 

Salmos 18:25

Tú, Señor, eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable, 

 

Salmos 18.32-33

Dios es quien me da fuerzas, quien hace intachable mi conducta, quien me da pies ligeros, como de ciervo, quien me hace estar firme en las alturas, 

 

Salmos 19:7-11

La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida.
El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo. Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón.
El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz. El temor del Señor es limpio y permanece para siempre.
Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos, ¡son de más valor que el oro fino!,
¡son más dulces que la miel del panal! Son también advertencias a este siervo tuyo, y le es provechoso obedecerlas. 

 

Salmos 20:1

Que el Señor te escuche cuando estés angustiado; que el Dios mismo de Jacob te defienda. 

 

Salmos 20:6-8

Estoy convencido de que el Señor dará la victoria al rey que ha escogido; de que le contestará desde su santo cielo, dándole grandes victorias con su poder.Unos cuentan con sus carros de guerra y otros cuentan con sus caballos; pero nosotros contamos con el Señor nuestro Dios. 

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