Salmos de ProvisiĆ³n

 

 
 
Salmos 91:1-2
El que vive bajo la sombra protectora del AltĆ­simo y Todopoderoso, dice al SeƱor: «TĆŗ eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confĆ­o!»


 
 
Salmos 34:10
Los ricos se vuelven pobres, y sufren hambre, pero a los que buscan al SeƱor nunca les faltarĆ” ningĆŗn bien.


 
 
Salmos 144:13
Nuestros graneros estƔn llenos, repletos de toda clase de alimentos.
Nuestros rebaƱos aumentan por millares, por miles y miles en nuestros campos.
 


 
 
Salmos 23
El SeƱor es mi pastor; nada me falta. 
En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre.

Aunque pase por el mĆ”s oscuro de los valles, no temerĆ© peligro alguno, porque tĆŗ, SeƱor, estĆ”s conmigo; tu vara y tu bastĆ³n me inspiran confianza.

Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar.

Tu bondad y tu amor me acompaƱan a lo largo de mis dƭas, y en tu casa, oh SeƱor, por siempre vivirƩ.

 

 
 
Salmos 50:15
LlĆ”mame cuando estĆ©s angustiado; yo te librarĆ©, y tĆŗ me honrarĆ”s.»
 

 
 
Salmos 128: 3-4
Nunca en tu mesa faltarĆ” comida, y tus hijos crecerĆ”n fuertes como los olivos. 
¡AsĆ­ es como Dios bendice a todos los que lo obedecen! 

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