Un encuentro con Jesús

 

 



Un encuentro con Jesús

Hace 2,000 años por los caminos de Galilea y Judea, en la tierra de Palestina caminaba el Hijo de Dios, su nombre es Jesús.

El profeta Isaías, 700 años antes que viniera Jesús al mundo, había escrito de él, diciendo: “la soberanía reposará sobre sus hombros, y se llamará Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6)

Qué hermoso sería conocer a alguien que sabe qué hacer en cada circunstancia, alguien que sabe qué nos conviene en cada momento, alguien que es llamado: ‘Admirable Consejero’. Pero no sólo es Jesús ‘Admirable Consejero’, el profeta lo llama también: ‘Dios Poderoso’.

Isaías dice claramente que quien visitaría a la humanidad perdida en pecado y confusión sería Dios mismo, el ‘Dios Poderoso’.

En algunos lugares se adora a Buda; en la India se adoran no sólo los ratones y las vacas, sino también miles de ídolos: tienen ojos pero no pueden ver, tienen oídos pero no oyen las oraciones de sus adoradores, tienen boca pero no pueden hablar y dar un consejo; son dioses falsos.

Hay muchos dioses falsos y sólo un Dios verdadero. El profeta inspirado por Dios escribió: “Así dice Jehová, el Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: “Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios. ¿Hay otro Dios fuera de mí, o hay otra Roca? No conozco ninguna” (Isaías 44:6-8).

 

El Salmo 19:1-2 dice, “Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día y una noche a otra noche declara sabiduría”.

Jeremías 31:34 “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”.

Esta es una de las más grandes promesas que Dios le ha hecho a los que en él creen; “Él se dará a conocer a cada uno de ellos” Estas palabras dichas por el profeta Jeremías llevaban en su tiempo esperanzas para el pueblo de Israel, pero el Señor en su misericordia también hablaba de lo que haría con todos los pueblos que creyeran a su palabra.

Por lo tanto, podemos decir con toda seguridad que la promesa de un nuevo camino nos alcanza a nosotros también a través de un nuevo pacto que se abrió por medio del sacrificio de Cristo Jesús.

Efesios 1:7-9en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,”

Hebreos 10:19-22 “Así que, hermanos, tenemos libertad para entrar en el Lugar santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne. También tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios. Acerquémonos, pues, con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura”.

Romanos 1:19-20 «porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó: Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa.

Hablando sobre hombres impíos que detienen la verdad de Dios, Dios tiene planes y propósitos para cada uno de los individuos de este mundo si le abrimos el corazón sincero y le damos lugar para que pueda entrar y morar dentro de cada uno de nosotros.

Apocalipsis 3:20He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Si nos rendimos a Él y le entregamos nuestro corazón, podemos tener encuentros personales con Jesucristo, el Hijo del Dios Vivo, quien es la imagen visible del Dios invisible.

El deseo de Dios desde el principio fue estar cerca de nosotros, habitar en medio de un pueblo y comunicarse con él y que lo conozcamos quién verdaderamente es. no por lo que escuchamos, sino por lo vemos en Él. Job 42:5 “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven”.

Por lo tanto, el encuentro con Dios cambia y transforma la vida de cada uno de nosotros, y lo hace apto para participar de una sola naturaleza, es decir, la naturaleza espiritual o divina.

 2 Pedro 1:4 

Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; Esto es posible a través de la obediencia a la verdad, y el nuevo nacimiento en Cristo.   El Encuentro con Dios es una experiencia de la vida nueva Una vida de la fe, de la esperanza, y del amor. Solo en Jesucristo tenemos esperanza del futuro más allá de este mundo. Solo es posible conocer esperanza autentica a través de un encuentro con Dios.  

En la Biblia leemos acerca de muchas personas cuyo encuentro personal con Dios fue renovador y transformador. Abraham, Gedeón, Moisés y Pablo son algunos de los que hablaron con Él de manera personal. Aunque quizá no esperamos tener tal experiencia hoy, todos los creyentes debemos tener momentos preciosos y personales con Dios. Cada vez que abrimos la Biblia y le pedimos al Espíritu Santo que ilumine el significado de su Palabra para nuestra vida, podemos confiar en que escucharemos directamente de nuestro Dios.

En Santiago 4.8 la Biblia nos dice: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. La intimidad con el Señor exige tiempo y resolución. Comience hoy dedicando parte de su día al encuentro con nuestro padre amoroso.

Si su vida espiritual se ha vuelto demasiado abrumadora y cansada, e incluso aburrida, es hora de que enfoque su tiempo con Dios de una manera diferente. Pídale que sedea en su corazón un verdadero encuentro con Él, y espere con paciencia su pronta ayuda.

Reconozca a Jesús como la palabra, la comunicación, la revelación de Dios. Juan 1:1, 12 solo podrán tener un encuentro con Él aquellos que llegan a ser hijos de Dios, solo para los que lo acepten y lo crean en su Salvación. No es posible un encuentro con Dios de otra manera. 

Esos momentos con el Señor son de una intensidad especial cuando pasamos por una prueba en nuestra vida. Dios espera que le hablemos con libertad sobre lo que nos agobia, en vez de quejarnos de nuestras circunstancias.  

Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.



 

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